Efluentes de almazara para fertirrigación

Produciría un efecto positivo en la tierra, porque ese agua tiene nutrientes y esto conllevaría un incremento de la producción extremeña de aceitunas de 10 millones de kilos más. La rentabilidad para el sector sería de 6 millones de euros.

El olivar está cambiando el paisaje de Extremadura. De eso no hay duda. Y esto se debe a que el sector ha hecho las cosas bien y es, de cierta manera, una importante alternativa a otros cultivos que han tenido sus dificultades. El sector del olivar también las ha tenido, pero las ha ido solventando con el tiempo, y las sigue teniendo, como por ejemplo la gestión de los efluentes de almazara.

No nos llevemos a equívoco. Los efluentes no es el alpechín, sino el agua que resulta del lavado de la aceituna y del aceite tras realizar el proceso de extracción del aceite de oliva por el sistema continuo de dos fases. Ese agua, los efluentes, es almacenada en balsas autorizadas al efecto para que se evapore y sin darles ningún uso.

Eso es lo que pretendemos cambiar desde Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura, que viene trabajando desde hace años en un proyecto para solicitar que esos efluentes sean considerados subproductos, y no residuos, para poder aprovechar el agua y que se regule su utilización en Extremadura, tal y como ocurre ya en muchas comunidades autónomas.

Se trata de aprovechar los recursos que tenemos, de dar más competitividad al sector y de apostar, tal y como hace ya el sector del olivar extremeño, por la economía circular y la sostenibilidad medioambiental. Lo que queremos es que esos efluentes, que son aguas vegetales, no se dejen en balsas esperando a que se evaporen, con el problema que ello supone para nuestras almazaras, sino que se utilicen como abono natural para nuestros cultivos.

La Ley permite utilizar un máximo de 30 metros cúbicos por hectárea para fertirrigar, por lo que si tenemos 300 millones de litros de agua disponible, procedente de esta agua vegetal de las almazaras, con los que se puede regar 10.000 hectáreas de olivar. Estamos hablando, por tanto, de producir un efecto positivo en la tierra, porque ese agua tiene nutrientes y esto conllevaría un incremento de la producción extremeña de aceitunas de 10 millones de kilos más. La rentabilidad para el sector sería de 6 millones de euros.

Necesitamos que se escuche al sector del olivar de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura, que es quien ha planteado este proyecto para reutilizar el agua de las almazaras como abono natural para regar.

Evitamos las balsas de agua, que generan un impacto visual negativo para el sector y son un problema si, por ejemplo, llueve y se llenan; devolvemos a la tierra nutrientes y ahorramos en consumo de agua para el riego; y además sacamos una rentabilidad económica para el sector.

Por primera vez la Junta de Extremadura nos escucha en esto y hay que alabar su predisposición para abordar este proyecto de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura y dar los pasos necesarios, del mismo modo que los han dado ya otras comunidades autónomas como Andalucía, Cataluña y Valencia.

El sector extremeño del olivar es muy maduro y sabrá realizar un uso responsable de este agua. El proceso es sencillo, ya que sólo hay que llevar esa agua a la tierra, que además recuperaría muchos nutrientes, como potasio y magnesio y se regeneraría. Lo que no tiene sentido es que tengamos las balsas llenas de agua y que haya que regar los olivos o el cereal. Si tenemos el agua, vamos a usarla para la fertirrigación de nuestros cultivos, con el importante ahorro que supondría en insumos agrícolas para nuestros agricultores, lo que además contribuiría a hacer más rentables y sostenibles las explotaciones agrarias.

Y todo sin olvidar la aportación medioambiental de este proyecto de Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura, que apuesta por la economía verde y circular.

Efluentes de almazara para fertirrigación

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